Se calcula que la Iglesia Católica Romana tiene mil millones de miembros en todo el mundo. Es una cifra importante si se tiene en cuenta que la población del mundo es de cinco mil millones. Un vasto número de esas almas preciosas desean de veras servir al Señor de todo corazón.'
Aceptan como verdad lo que su iglesia les enseña. La mayoría nunca se sienta a leer la Biblia individualmente y ni siquiera se detiene a analizar cuidadosamente las doctrinas de su iglesia. Cual ovejas marchan ciegamente tras sus pastores.
Quiero repasar varias de las doctrinas de la Iglesia Católica que voy a citar de sus propios documentos.
Primero, veamos algunos pasajes bíblicos.
"¿No sabéis que a quien os prestáis vosotros mismos por siervos para obedecerle, sois siervos de aquel a quien obedecéis, o del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia? Empero gracias a Dios, que aunque fuisteis siervos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual sois entregados; y libertados del pecado, sois hechos siervos de la justicia... Porque la paga del pecado es muerte: mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro". Romanos 6:16-23
Estos versículos nos enseñan que servimos a uno de dos maestros. Servimos a Satanás a través del pecado, o a Dios el Padre mediante las virtudes de Jesucristo. La recompensa de servir a Satanás es la muerte. La paga de servir a Dios es la vida eterna.
"[Jesús dijo] Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí". Juan 14:6
La declaración de Jesucristo es absoluta. Sólo hay un camino hacia Dios, y es a través de Jesucristo y el horrible precio que pagó por nuestros pecados al morir en la cruz. Sin embargo, Satanás siempre se vale del engaño. Su plan a través de las edades ha sido engañar a las masas y hacerlas pensar que están sirviendo a Dios a través de Jesucristo, cuando en realidad están sirviendo a Satanás.
Jesús mismo habló estando en este mundo del engaño de Satanás en este respecto.
"Y respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán...
Entonces, si alguno os dijere: He aquí' está el Cristo, o allí, no creáis. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y darán señales grandes y prodigios; de tal manera que engañarán, si es posible, aun a los escogidos". Mateo 24:4-5, 23-24
Las Escrituras nos advierten claramente que mucha gente dirá que adora a "Jesús" cuando, en realidad, no están adorando al Jesús de la Biblia.
El Jesús de la Biblia nació de una virgen (Lucas 1:26-35), fue Dios encarnado en cuerpo humano (Filipenses 2:5-11) sin pecado (Hebreos 4:14-15), anduvo 33 años en la tierra, murio en la cruz por nuestros pecados, resucit6 al tercer día (Lucas 23 y 24), Y luego subi6 al cielo a sentarse a la diestra de Dios el Padre y allí está ahora (Lucas 24:50-51, Hechos 1:9-11, Hechos 7:55).
Cualquier "Jesús" que no se ajusta a todas estas cosas no es el Jesús de la Biblia. Por eso es que tenemos que poner a prueba a todo espíritu.
"Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas son salidos en el mundo". 1 Juan 4:1
Apliquemos la prueba bíblica al "Jesús" que la Iglesia Cat6lica Romana adora. Citaré directamente de sus propios documentos su definici6n del "Jesús" que adoran.
Primero, deseo probar con sus propios documentos que las doctrinas que se definieron en el Concilio de Trento todavía están en vigor. El comienzo del movimiento ecuménico tras el Concilio Vaticano II celebrado después de la Segunda Guerra Mundial ha llevado a muchos a creer que las doctrinas del Concilio de Trento ya no tienen vigencia.
Veamos la siguiente cita:
"Aunque es considerada una Constitución Dogmática, la más solemne forma de expresión conciliar, Lumen Gentium no define dogma nuevo alguno. Establece, con autoridad conciliar, el conceptopresente que tiene la Iglesia de su propia naturaleza" (The Documents of Vatican Il, Walter M. Abbott, S.J., editor, Guild Presa, NY, 1966, p. 11).
Se trata de una declaración bastante compleja. Vayamos por partes para entenderla mejor. En primer lugar, ¿qué es el "Lumen Gentium"? El mismo documento define este término:
"El presente documento - conocido como Luz de las naciones por las primeras dos palabras del texto en latín (Lumen Gentium) - es una de las dos Constituciones Dogmáticas publicadas por el Vaticano JI (1a otra es la que habla sobre Revelación)... y ha sido ensalzado como el más trascendental logro del Concilio, dada la importancia de su contenido y su posición central entre los documentos del Concilio" (Ibid., p. 10).
"Lumen Gentium", entonces, es el documento que estoy citando, documento que la Iglesia Cat6lica Romana considera "la luz de todas las naciones". Este importante documento afirma claramente que no define ninguna doctrina o dogma nuevos. Por tanto, las doctrinas expresadas en el Concilio de
Trento todavía tienen vigencia. Estoy citando del Concilio de Trento porque es una de las más claras y concisas declaraciones de fe cat61icas de que se dispone.
Veamos ahora c6mo define el Concilio de Trento al "Jesús" que los cat61icos adoran.
"Si alguien niega que en el sacramento de la Santísima Eucaristía están presentes verdadera, real y substancialmente el cuerpo y la sangre y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y consecuentemente Cristo mismo, sino que dice que es sólo un símbolo, figura o fuerza, sea anatema" (Canons and Decrees ofthe Council ofTrent, Original Text with English Translation - Cánones y decretos del Concilio de Trento, Texto Original con traducciones al inglés -, por el Rev. H.J. Schrfoeder, O.P., B. Herder Books Co., 1960, p. 79, Canon 1).
"Si alguien niega que en el venerable sacramento de la Eucaristía el Cristo integral está contenido bajo cada forma y bajo cada parte de cada forma cuando se divide, sea anatema" (Ibíd., Canon 3).
"Si alguien dice que en el santo sacramento de la Eucaristía, Cristo, el unigénito Hijo de Dios, no ha de ser adorado con culto de latría, también externamente manifestado, y que consecuentemente no ha de ser venerado en festividad solemne extraordinaria, ni ha de ser cargado solemnemente en procesión según los laudables y universales ritos y costumbres de la santa Iglesia, ni ha de ser exhibido públicamente ante el pueblo para que lo adoren, y que por lo tanto los adoradores son idólatras, sea anatema" (lbid., p. 80, Canon 6).
Veamos lo que en sí dicen estos cánones, o leyes, de la Iglesia Católica Romana. Primero, "anatema" quiere decir maldito. (Ver la Figura 1). Llanamente están diciendo que la pequeña oblea que se usa en la comunión (o misa), y el vino, son Jesús y contienen su "total divinidad". Pero la Biblia nos dice que Cristo está sentado a la diestra de Dios Padre. Se nos dice que Cristo es Dios mismo y que como tal tiene la naturaleza misma de Dios y es infinito y omnipresente. No puede ser limitado a una minúscula oblea y muchísimo menos a algo hecho con manos humanas. Por último, se nos prohíbe adorar imágenes o ídolos e inclinarnos ante ellos.
El Canon 6 afirma que los católicos tienen que venerar y adorar la hostia y postrarse ante ella. También la llevan en procesión, y todos se inclinan ante ella y adoran aquella oblea a la sazón convertida en su "Jesús".
"No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra”. Exodo 20:4-5
Los católicos no solo se hacen una "imagen", que es la hostia, y luego proclaman que es Cristo, sino que se arrodillan ante ella y la adoran. Dios tiene prohibido eso.
Cada vez que una persona adora un ídolo como es la hostia, está adorando a un demonio o a Satanás. He aquí el versículo que lo dice:
"¿Qué pues digo? ¿Que el ídolo es algo? ¿o que sea algo lo que es sacrificado a los ídolos? Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios y no querría que vosotros fueseis partícipes con los demonios",
1 Corintios 10:19-20
Los comulgantes se postran a adorar el "Bendito Sacramento". La hostia, o sacramento, se guarda en un "tabernáculo" en el frente de la iglesia.
Figura 1
En otras palabras, cuando la gente ofrece sacrificio a los ídolos, está ofreciéndolo a los demonios y adorándolos. Lo mismo sucede con la misa católica. Cuando los católicos llevan la hostia en procesión, todo el mundo se inclina a su paso. Literalmente se están inclinando en adoración de la oblea. Además, la oblea se suele guardar en una caja que llaman tabernáculo en la parte delantera de las iglesias católicas. La gente se inclina ante la caja. Cuando lo hacen están adorando la oblea. Como hemos visto, esa oblea no es el verdadero Jesucristo, y por lo tanto están adorando a un demonio. Esto es brujería. (Ver la Figura 2.)
En realidad, para los católicos la misa es en sí la repetición del sacrificio de Cristo.
La eucaristía, o pan de la comunión, es llevada en procesión. La hostia misma va en el centro de la "custodia", que es el "sol refulgente" dorado que porta el sacerdote.
Figura 2
"Si alguien dice que en la misa no se ofrece un verdadero y real sacrificio a Dios; o que ofrecerla no es más que darnos a Cristo para que lo comamos, sea anatema" (Ibid., p. 149, Canon 1).
"Si alguien dice que el sacrificio de la misa no es más que sacrificio de alabanza y acción de gracias; o que es una simple conmemoración del sacrificio consumado en la cruz pero que no es propiciatoria [para obtener o reobtener Su favor, o para apaciguarlo]; o que beneficia sólo al que lo recibe, que no debe ofrecerse por los vivos y los muertos, por los pecados, castigos, satisfacciones y otras necesidades, sea anatema" (Ibid., p. 149, Canon 3).
Estos cánones muestras claramente que la misa es en sí un sacrificio. Es interesante que la misa que practica el catolicismo romano es casi idéntica a los "sacrificios incruentos" que se practicaban en el Imperio Romano durante el tiempo en que se formó la Iglesia Católica. El Rev.
Alexander Hislop hace algunos comentarios interesantes en cuanto a esta práctica.
"Si el dios sol era adorado en Egipto como la simiente, y en Babilonia como el grano, precisamente así es adorada la hostia en Roma. 'Pan de grano de los elegidos, ten misericordia de nosotros', es una de las oraciones señaladas en la Letanía
Romana, dirigida a la hostia, en la celebración de la misa" (The Two Babylons) Las dos Babilonias, por el Rev. Alexander Hislop, Loizeaux Brothers, 1916, p. 163).
Se ve que la doctrina católica de la repetición del sacrificio de Jesús cada vez que se celebra la misa viene de las ceremonias paganas, y no de la Palabra de Dios, la Biblia.
"Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el mismo cielo para presentarse ahora por nosotros en la presencia de Dios. Y no para ofrecerse muchas veces a sí mismo, como entra el pontífice en el santuario cada año con sangre ajena; de otra manera fuera necesario que hubiera padecido muchas veces desde el principio del mundo: mas ahora una vez en la consumación de los siglos, para deshacimiento del pecado se presentó por el sacrificio de sí mismo... Ast también Cristo fue ofrecido una vez para agotar los pecados de muchos; y la segunda vez, sin pecado, será visto de los que le esperan para salud". Hebreos 9:24-28
"Porque también Cristo padeció una vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a
Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu". 1 Pedro 3:18
Estos y otros pasajes afirman claramente que Jesucristo fue sacrificado una sola vez por nuestros pecados. Esta es otra prueba de que el "Jesús" que adoran en la institución Católica Romana no es el Jesús de la Biblia. Ellos sacrifican a su "Jesús" cada vez que celebran la misa. Cualquiera que participa y acepta la comunión a través de la religión católica se está abriendo a los demonios a través de la práctica de la idolatria y la adoración de demonios en el nombre de un Jesús falso.
Veamos ahora otro asunto muy importante en el catolicismo romano: la oración por los difuntos:
"Si alguien dice que es un engaño celebrar misas en honor de los santos para obtener su intercesión ante
Dios, como lo intenta la Iglesia, sea anatema" (Council of Trent; p. 149, Canon 5).
El Concilio de Trento comenta lo siguiente con relación a las misas por los difuntos:
"Y aunque la iglesia ha acostumbrado celebrar a veces ciertas misas en honor y memoria de los santos, no enseña que es a ellos a quienes el sacrificio es ofrecido sino sólo a Dios que los coronó; por tanto, el sacerdote no dice: 'A ti, Pedro o Pablo, ofrezco sacrificio', sino que dando gracias a Dios por sus victorias, implora su favor [el favor de los santos] en dignarse interceder por nosotros en el cielo cuya memoria celebramos en la tierra" (Ibíd., p. 146)..
Este canon declara que los católicos al orar, se comunican y piden a personas muertas que intercedan por ellos ante Dios.
La intercesión de María es una doctrina central de los católicos. Esto quedó bien claro en el Concilio Vaticano II.
"Esta maternidad de María en el orden de la gracia comenzó con el consentimiento que otorgó en fe en la
Anunciación y que mantuvo sin vacilación junto a la cruz. Esta maternidad durará sin interrupción hasta la eterna realización de todos los elegidos. Porque, al ser tomada al cielo, no dejó a un lado su papel salvífico, sino que sus múltiples actos de intercesión continúan para obtener a favor nuestro dones de salvación eterna... Que todo el cuerpo de los fieles vierta perseverante oración a la Madre de Dios
[María} y Madre de los hombres" (The Documente of Vatican Il, Los documentos del Vaticano Il, por Walter M. Abbot, S.J., Editor, Guild Press, 1966, pp. 91 Y 96).
Estas oraciones y comunicaciones con espíritus de muertos no son diferentes de las sesiones del ocultismo que se celebran para invocar espíritus de muertos para obtener su ayuda. La Biblia prohibe expresamente tales comunicaciones. El rosario mismo es una forma de conjuro para aprovechar el poder de los demonios que reciben adoración en nombre de María.
Sólo hay un mediador entre Dios y los hombres: el Jesucristo de la Biblia.
"Porque hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre; el cual se dio a sí mismo en precio del rescate por todos, para testimonio en sus tiempos". 1 Timoteo 2:5-6
La Biblia no nos autoriza para ponernos en contacto con los muertos bajo ninguna circunstancia. De nuevo, hacerlo es hechicería pura.
Es bien triste que a los católicos no se les enseñe que es necesario leer la Biblia, ni que es necesario probar los espíritus como dice 1 Juan 4:1-2. Las muchas apariciones a diferentes personas católicas tristemente se toman como de Dios. Nunca se le enseña a la gente a probar los espíritus para ver si proceden de Dios o de Satanás. Las muchas apariciones de un demonio disfrazado de María en Fátima, un pueblo de Portugal, es un buen ejemplo de esto.
En 1916 y 1917 tres niños portugueses, Lucía, Francisco y Jacinta, recibieron una serie de visitas de lo que dieron por sentado era un ángel. Más tarde empezaron a recibir visitas de un espíritu que, al manifestarse fisicamente, afirmó ser María, la madre de Jesús. Desde entonces se refieren a ese espíritu como "Nuestra Señora de Fátima" porque apareció en Fátima, Portugal. Se construyó un santuario en el lugar de las apariciones y todos los años cientos de miles de católicos hacen peregrinajes a ese santuario a dedicar su vida al servicio y adoración de María. El 13 de mayo de 1946, el papa Pío XII solemnemente coronó una estatua de "Nuestra Señora de Fátima" y la proclamó Reina del Mundo.
El 13 de Mayo de 1983, el papa Juan Pablo II repitió la ceremonia de coronación de la estatua. En 1986, promulgó las Actas de Consagración del mundo entero a "Nuestra Señora de Fátima". En otras palabras, el Papa ha declarado que el mundo entero es propiedad de ese demonio que se disfraza de María. Y fue un paso más allá y consagró el año 1987 como año de adoración y honra de María.
Veamos como todo este engaño hubiera podido detenerse desde el principio si los católicos conocieran medianamente bien la Biblia. Voy a citar de los escritos de Lucía, uno de los tres niños que vieron las apariciones de aquel demonio. En cierto punto Lucía se ve abrumada de dudas en cuanto a si aquel espíritu era verdaderamente María, o un demonio que trataba de engañarla. Eran dudas que Dios ponía en ella.
"Cuánto me ha hecho sufrir esta reflexión, sólo Dios lo sabe, porque sólo El puede penetrar hasta lo más íntimo de nuestro corazón. Comencé entonces a preguntarme si aquellas manifestaciones no serían del diablo, en un intento suyo por hacer que yo pierda mi alma ... ¡Qué angustia sentí! Dejé saber a mis primos [que también vieron la manifestación del espíritu] en cuanto a mis dudas.
"'¡No, no es el diablo!" respondió Jacinta. "¡Qué va!
Dicen que el diablo es bien feo y que está debajo de la tierra en el infierno. Aquella Señora es bien bella, y la vimos ascender al cielo."
"El Señor se valió de esto para aquietar un tanto las dudas que sentía... Aquel fue el día en que Nuestra Señora [María] se dignó revelarnos el Secreto.
Después de aquello, para reavivar mi flaqueante fervor, nos dijo: 'Sacrifiquense por los pecadores, y díganle muchas veces a Jesús, especialmente cuando presenten algún sacrificio: Oh Jesús, es por amor a ti, por la conversión de los pecadores, y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado
Corazón de María.' Gracias a nuestro buen Señor, aquella aparición disipó las nubes de mi alma y mi paz quedó restaurada" (Fátima in Lucia's Own Words, Fátima en las propias palabras de Lucía, editado por Fr. Louis Kondor, SVD., The Ravengate Presa, 1976, pp. 69-71).
¡Qué triste! Lucía dudó en cuanto a si el espíritu que apareció ante ella y sus dos primos, era un demonio en vez de la verdadera María de la Biblia. Si los sacerdotes y el pueblo hubieran leído la Biblia, habrían podido tener discernimiento y poner a prueba a aquel espíritu. La única razón por la que aceptaron a aquel demonio como del Señor fue que no era "feo" y "ascendió al cielo". Pero la Palabra de Dios nos dice que los demonios y Satanás pueden manifestarse como
"ángeles de luz" (2 Corintios 11:14) y que Satanás es "príncipe y potestad" del aire (Efesios 6:12). Satanás no está limitado al infierno. Además, las palabras finales del demonio en que le decía a Lucía y sus primos que ofrecieran sacrificio a Jesús e hicieran reparación (pago por daños) por los "pecados cometidos con el Inmaculado (sin pecado) Corazón de María" son totalmente contrarias a las Escrituras. Si hubieran leído la Biblia se hubieran dado cuenta enseguida que aquellas palabras contradecían completamente los principios establecidos en la Palabra de Dios, y que por lo tanto no procedían de Dios, sino que habían sido expresadas por un demonio. La Biblia dice:
"Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios". Romanos 3:23
En ninguna parte de la Biblia se hace excepción de María.
Jesucristo tuvo que morir en la cruz para obtener la salvación de María lo que mismo que la de todos los demás. Nuestros pecados los cometemos contra Dios, no contra María. ¡Si esas preciosas almas hubieran sabido probar los espíritus! En ninguna parte hay constancia de que el espíritu que pasaba por María fue sometido a la prueba de 1 Juan 4:1-2, y las declaraciones que hizo no concuerdan con la Biblia. Por lo tanto, no es de Dios, no era María, era un demonio. ¿Cuánta almas habrán sido arrastradas al infierno porque aquella gente no puso a prueba a los espíritus?
Los tres niños que presenciaron las apariciones de un demonio disfrazado como María en Fátima, Portugal. De izquierda a derecha, Jacinta y Francisco Marto, Lucía dos Santos tSoul Magazine, número extraordinario, 1981, p. 7).
La Basílica de Fátima construida en honor de las "apariciones de María". Junto a la Basílica está el roble donde ocurrieron muchas de las apariciones (SauZMagazine, número extraordinario, 1981, p. 7).
Un representante del papa Pío XII corona una estatua de "Nuestra Señora de Fátima", con lo que la declaraban "Reina del Mundo", el 13 de Mayo de 1946 tSoul Magazine, número extraordinario, 1981, p.6).
El papa Juan Pablo 11 inclina l~ cabeza par~ adorar a la :statua de la Virgen Peregrina en la Festividad del Remado d~ Man~, el 22 de Agosto de 1981, en Castel Gandolfo tSoul Magazwe, numero extraordinario, 1981).
A los lectores que están dentro del sistema católico romano diré llanamente que han sido engañados. Han sido llevados a adorar y servir a un falso Jesucristo que no es otro sino Satanás. El apóstol Pedro dice de Jesús:
"Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos". Hechos 4:12
"Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa". Hechos 16:31
[Jesús dice] "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí". Juan 14:6
"Porque hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre". 1 Timoteo 2:5
"Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios: no por obras, para que nadie se glorie". Efesios 2:8-9
"Yoí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, porque no seáis participantes de sus pecados, y que no recibáis de sus plagas". Apocalipsis 18:4
Usted no es salvo por pertenecer a la Iglesia Católica ni por tomar la comunión en la misa. Usted será salvo sólo cuando le pida al Jesucristo de la Biblia que perdone sus pecados y se aparte de ellos, especialmente de la idolatría, y le pida a Jesucristo que venga a su vida y le dé el precioso don del Espíritu Santo. Lea la Biblia y pídale a nuestro Padre en el nombre de Jesucristo Su Hijo que le muestre el significado de lo que lee. Cuando usted entregue su vida al verdadero Jesús de la Biblia, el Espíritu Santo vendrá a morar en usted y lo capacitará para entender lo que lee al leer la Biblia. Por favor se lo suplico, no acepte a un falso Cristo. Usted vale tanto para Dios como individuo que vino a la tierra a pagar el terrible precio de su salvación. ¡No pierda esta gran salvación!
La terrible tragedia es que gracias a las películas de Hollywood la gente está acudiendo a los sacerdotes católicos en todas partes en busca de ayuda en medio del furor con que se está desatando el satanismo en los Estados Unidos. Los curas son completamente impotentes en cuanto a lidiar con cualquier tipo de hechicería porque ellos mismos están sirviendo a Satanás.
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Estatua de la Virgen Peregrina de Nuestra Señora de Fátima.
Esta estatua de María ha recorrido el mundo y es adorada por los católicos. Aquí la vemos en las afuera de San Pedro en Roma, el 8 de Diciembre de 1985. En aquel día al final del Extraordinario Sínodo, el papa Juan Pablo n, por cuarta vez en cuatro años, dedicó el mundo a la "Bendita Virgen María" (The Fatima Crusader, Febrero/ Abril 1986).
La estatua de la Virgen Peregrina rodeada de miles de adoradores.
Debo hacer una solemne advertencia a los cristianos que lean este libro: Tenemos la responsabilidad ante Dios de llevar el verdadero evangelio de Jesucristo a las preciosas almas de los católicos. No hay excusa.
"Porque muchos engafiadores son entrados en el mundo, los cuales no confiesan que Jesucristo ha venido en carne... Cualquiera que se rebela, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios: el que persevera en la doctrina de Cristo, el tal tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡bienvenido! Porque el que le dice bienvenido, comunica con sus malas obras". 2 Juan 7, 9-11
La Palabra de Dios no puede ser más clara. Cualquiera que no viva en el verdadero evangelio de la Biblia no es salvo. Si no le decimos a nuestros amigos católicos esta verdad, sino que continuamos en una falsa amistad con ellos, estaremos siendo "partícipes" en la perversa idolatría del sistema católico romano. Estaríamos practicando brujería.
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