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martes, 18 de febrero de 2014

Jesús explica el modo de alcanzar los misterios de la luz

XXXIX 1. Jesús prosiguió hablando. 

2. Y dijo a sus discípulos: Cuando yo venga en la luz para predicar a todo el mundo, decidles: No dejéis noche ni día de buscar hasta que hayáis encontrado los misterios del reino de la luz.
3. Porque ellos os purificarán y os llevarán al reino de la luz.
4. Y decidles: renunciad al mundo y a cuanto hay en él.
5. Y a todas sus sevicias, y a todos sus pecados, y a todas sus gulas.
6. Y a sus discursos todos, y a cuanto hay en él, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
7. Y para que seáis preservados de los suplicios reservados a aquellos que se han separado de los buenos.
8. Y decidles: Renunciad a la murmuración, para que seáis preservados del ardor de la boca del can.
9. Y decidles: Renunciad a la obediencia, para que seáis librados del ardor de la boca del can.
10. Decidles: Renunciad al juramento, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
11. Y para que seáis librados de los suplicios de Ariel.
12. Decidles: Renunciad a la lengua embustera, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
13. Y para que seáis preservados de los ríos ardientes de la boca del can.
14. Decidles también: Renunciad a los falsos testigos, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
15. Y para que seáis librados y preservados de los ríos ardientes de la boca del can.
16. Decidles: Renunciad al orgullo y a la vanidad, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
17. Y para que seáis preservados de los abismos de fuego de Ariel.
18. Y decidles: Renunciad al amor propio, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
19. Y para que seáis salvados de los suplicios del infierno.
20. Renunciad a la elocuencia, para que seáis dignos de la luz.
21. Y para que seáis preservados de las llamas del infierno.
22. Renunciad a los malos pensamientos, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
23. Y para que se os preserve de los tormentos del infierno.
24. Renunciad a la avaricia, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
25. Y para que se os libre de los arroyos de humo de la boca del can.
26. Renunciad al amor del mundo, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
27. Y para que seáis salvados de las vestes de pez y de las llamas de la boca del can.
28. Renunciad a las rapiñas, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
29. Y para que seáis preservados de los arroyos de Ariel.
30. Renunciad a las malas palabras, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
31. Y para que seáis salvados de los suplicios del río de humo.
32. Renunciad al engaño, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
33. Y para que seáis preservados de los mares de fuego de Ariel.


Jesús continúa predicando a sus discípulos


XL 1. Renunciad a la crueldad, para que seáis dignos del misterio de la luz.
2. Y para que seáis preservados de los suplicios de las fauces de los dragones.
3. Renunciad a la cólera, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
4. Y para que seáis librados de los ríos de humo de las fauces de los dragones.
5. Renunciad a la desobediencia, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
6. Y para que seáis preservados de Jaldabaóth y de los ardores del mar de fuego.
7. Renunciad a la cólera, para que seáis dignos del misterio de la luz.
8. Y para que seáis preservados de los demonios de Jaldabaôth y de todos sus suplicios.
9. Renunciad al adulterio, para que seáis dignos del misterio de la luz.
10. Y para que seáis preservados del mar de azufre y de la fauce de león.
11. Renunciad a los homicidios, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
12. Y para que seáis preservados del archón de los cocodrilos, que es la primera de las criaturas que están en las tinieblas exteriores.
13. Renunciad a las obras perversas e impías, para que seáis dignos del misterio de la luz.
14. Y para que seáis preservados de los archones de las tinieblas exteriores.
15. Renunciad a la impiedad, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
16. Y para que seáis preservados del llanto y del rechinar de dientes.
17. Renunciad a los envenenamientos, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
18. Y para que seáis salvados de la gran helada y el granizo de las tinieblas exteriores.
19. Renunciad a las blasfemias, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
20. Y para que seáis defendidos contra el gran dragón de las tinieblas exteriores.
21. Renunciad a las malas doctrinas, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
22. Y para que seáis preservados de todos los suplicios del gran dragón de las tinieblas exteriores.
23. Y decid a quienes predican y a quienes escuchan malas doctrinas: ¡Malhaya vosotros!
24. Porque si no os arrepentís de vuestra malicia, caeréis en los tormentos rigurosísimos del gran dragón y de las tinieblas exteriores.
25. Y nada en el mundo os rescatará hasta la eternidad.
26. Sino que seréis sin existencia hasta el fin.
27. Y decid a quienes descuidan la doctrina de la verdad del primer misterio: ¡Malhaya vosotros!
28. Porque los suplicios que habéis de experimentar superarán a los que experimenten los demás hombres.
29. Y permaneceréis entre la nieve, en medio de los dragones, en las tinieblas exteriores.
30. Y nada podrá rescataros hasta la eternidad.
31. Y decidles: Amad a todos los hombres.
32. Para que seáis dignos del misterio de la luz y para que os elevéis en el reino de la luz.
33. Sed dulces, para que podáis recibir el misterio de la luz y elevaros al misterio de la luz.
34. Asistid a los pobres y a los enfermos, para que os hagáis dignos de recibir el misterio de la luz y os podáis elevar al reino de la luz.
35. Amad a Dios, para recibir el misterio de la luz y llegar al reino de la luz.
36. Sed caritativos, para que recibáis el misterio y lleguéis al reino de la luz.
37. Sed santos, para recibir el misterio de la luz y elevaros al reino de la luz.
38. Renunciad a todo, para ser dignos del misterio de la luz y elevaros al reino de la luz.
39. Porque éstas son las vías de los que se hacen dignos del misterio de la luz.
40. Y cuando halláis hombres que renuncien a cuanto constituye el mal y practiquen lo que yo digo, transmitidles los misterios de la luz, sin ocultarles nada.
41. Y cuando fuesen pecadores, y cometiesen los pecados y faltas que os he enumerado, dadles también los misterios, para que se conviertan y hagan penitencia, y no les ocultéis nada.
42. Porque yo he traído los misterios a este mundo para remitir cuantos pecados han sido cometidos desde el principio.
44. Y por eso os he dicho que no he venido para llamar a los justos.
45. Yo he traído los misterios para remitir los pecados de todos, y para que todos sean llevados al reino de la luz.
46. Porque estos misterios son un don del primer misterio para borrar los pecados de todos los pecadores.

Para más información acerca de lo transmitido, leer el evangelio gnóstico de San Valentino.


Porque la sabiduría es verdadera... y pura, de Cristo y para todos los que se arrepientan y quieran enderezar sus sendas... Amén :)



miércoles, 22 de enero de 2014

EL EVANGELIO DE VALENTINO (Pistis Sophia) Jesús asciende a los cielos y desciende de ellos para adoctrinar a sus discípulos

Jesús relata su encuentro con la Sabiduría fiel

VII 1. Y cuando Jesús hubo hablado así a sus discípulos, todos se prosternaron a la vez, y lo adoraron, diciendo: Nosotros, tus discípulos, hemos sido elevados sobre todos los hombres, por la grandeza de las cosas que nos estás diciendo.
2. Y Jesús siguió hablando, y dijo a sus discípulos: Oíd lo que me ocurrió con los archones de los doce eones, y con todos sus archones, y sus maestros, y sus dignidades, y sus ángeles, y sus arcángeles.
3. Cuando vieron la brillante vestidura que había sobre mí, y cada uno vio el misterio de su nombre en la vestidura brillante de que yo iba cubierto, todos se prosternaron unánimemente, adorando mi brillante investidura, y diciendo: El Señor del universo nos ha cambiado.
4. Y cantaron a coro un cántico desde el interior de los interiores, y todas sus triples potencias, y sus antepasados, y sus ángeles, y sus fuerzas engendradas de sí mismos, y sus virtudes, y sus dioses, y todos sus magnates.
5. Y vieron a los guardianes de sus regiones, al perder parte de su fuerza, caer en una gran debilidad, y tuvieron gran miedo ellos mismos.
6. Y descubriendo el misterio de su nombre en mi envoltura, se apresuraron a venir a adorarlo, y no pudieron por la suma luz que había conmigo.
7. Y alejándose un poco, lo adoraron. Y adoraron la luz de mí investidura, y todos cantaban un himno del interior de los interiores.
8. Y sucedió que cuando los guardianes que hay al lado de los archones vieron todas estas cosas, cayeron en el abatimiento y se desplomaron fuera de sus regiones.
9. Y quedaron como los habitantes del mundo cuando son heridos de muerte, y no alentaban, y estaban del mismo modo que cuando yo les arrebaté su fuerza.
10. Y he aquí que cuando yo me alejaba de estos eones, cada uno de los que están en los doce eones fueron restituidos a sus sitios, y cometieron acciones malas, según el modo en que yo los había dispuesto.
11. Porque pasan seis meses vueltos hacia la izquierda, cometiendo hechos generosos en sus tres ángulos, y en sus cuatro ángulos, y en los que están en su región.
12. Y otros seis meses mirando a la derecha, y hacia sus tres ángulos, y hacia sus cuatro ángulos, y hacia los que pertenecen a su región.
13. Y éste es el modo como irán aquellos que están en el Heimarméné y en las esferas.
14. Y ocurrió que subí muy luego a las regiones superiores, hacia los velos de la trecena región de los eones.
15. Y cuando llegué ante sus velos, éstos se abrieron delante de mí.
16. Y entré a la trecena región de los eones, y encontré sola a la Sabiduría fiel, sin que ninguno de los eones estuviese cerca de ella.
17. Y estaba bajo la decimotercera región de los eones, y sentados, y lloraba porque no la habían conducido a la decimotercera región, que es su lugar en las regiones superiores.
18. Y se afligía por los sufrimientos que le había causado el orgullo de uno de los tres triples poderes. Y cuando yo os hable de la emanación, os diré el misterio de su creación.
19. Y cuando me vio la Sabiduría fiel, y contemplé la luz que me rodeaba, y en la que no faltaba ninguna especie de luz, sufrió una gran turbación.
20. Y mirando la luz de mi vestidura, vio el misterio de mi nombre trazado sobre mi vestidura, y todo el esplendor de su misterio como lo había sido desde el principio en las regiones superiores y en la trece región de los eones.
21. Y dirigió un himno a la luz que había en las regiones superiores, que ella vio en los velos del tesoro de la luz.
22. Y cuando Jesús hubo dicho estas cosas a sus discípulos, María se adelanté, y dijo: Señor, yo te he oído decir que la divina Sabiduría estaba también en los veinticuatro próbolos, pero no estaba en su región, porque tú has dicho: Yo la encontré debajo de la decimotercera región de los eones.
23. Y Jesús, contestando, dijo a sus discípulos: La fiel Sabiduría estaba en la trecena región de los eones, donde están todas sus hermanas invisibles, que son, ellas mismas, los veinticuatro próbolos del gran invisible.
24. Y ocurrió que por orden del primer misterio, la Sabiduría divina miró a lo alto y vio las alas del tesoro de la luz.
25. Y deseé ir a aquella región, pero no pudo llegar. Y dejó de efectuar el misterio de la trecena región de los eones, y dirigió un himno a la luz de las regiones inferiores, que está en la luz de las alas del tesoro de la luz.
26. Y cuando ella elevaba su himno a las regiones superiores, todos los archones que están en las doce regiones de los eones sintieron odio hacia ella, porque ellos estaban en las regiones inferiores, y ella se detuvo en sus misterios y quiso elevarse por encima de ellos.
27. Y por esto se irritaron contra ellas y la odiaron.
28. Y el gran triple poder orgulloso, que es la tercera de las triples potencias y que reside en la trecena región de los eones, aquel que fue insumiso, no dando toda la pureza de la fuerza que había en él, y no mostrando la luz pura en el tiempo en que los archones dieron su pureza, quiso ser soberano en toda la trecena región de los eones y en las que están debajo.
29. Y aconteció que todos los archones de las doce regiones de los eones se enfurecieron contra la Sabiduría fiel, que estaba sobre ellos.
30. Y sintieron hacia ella odio sumo, y el gran triple poder orgulloso de que os he hablado siguió a los archones de las doce regiones de los eones, y se irritó contra la Sabiduría fiel.
31. Y la odió extremadamente, porque quería ir a la luz que está sobre él, y proyectó fuera de sí una gran fuerza con rostro de león, hecha de la materia de que es él.
32. Y proyectó muchas otras emanaciones materiales, y las proyectó a las regiones inferiores, en medio del caos, para que tendiesen lazos a la Sabiduría fiel y le quitasen la fuerza que hay en ella.
33. Porque quería ir a la región superior que hay sobre ellos, y porque dejó de cumplir sus misterios.
34. Y ella continuó llorando, buscando la luz que había visto.
35. Y los archones que permanecían en el misterio de que ellos se ocupan, tuvieron odio contra ella, y todos los guardianes que vigilan las puertas de los eones tuvieron también odio contra ella.

Para seguir leyendo, entrar en: http://escrituras.tripod.com/Textos/PistisSophia.htm

En esto último Jesus explica como la sabiduría real, fue alejada del ser humano, encerrandó a éste en una esclavitud material, debido a un engaño de los espíritus engañadores... y como es posible volver a llegar a ella, mediante el camino espiritual que es Cristo... amando a Dios con toda el alma, el corazón, la mente, el cuerpo y la vida... "El que tenga oídos para oír, oiga"... Recuerden, la evolución del ser, es espiritual, no se dejen engañar con las teorías del evolucionismo... Solo espiritualmente se puede alcanzar la sabiduría, y la evolución hacia el siguiente nivel en el camino de llegar a estar junto a Dios.

Dios los bendiga, y que el señor Cristo este con uds.
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